Desde que tengo uso de razón que mis padres siempre me han sobreprotegido, partiendo por las mil y un trancas que tiene mi viejo respecto a ser la niñita de la casa, más otras trancas más que son dignas de un libro. Sin embargo, hoy a mis 23 años, creo entender su preocupación e interés por lo que hago o dejo de hacer. Digo entender, porque aún hay cosas que considero que son too much!
Comienzo este blog así, porque ayer recibimos una noticia muy triste en mi casa, a quién más llegaba la noticia era a mi hermano mayor, quién perdió a un amigo y compañero de Universidad por una estupidéz de niños.
Cuántas veces al salir de casa, aunque sea a la esquina a comprar un chicle, el: Jose cuidate, mira a los 2 lados antes de cruzar, cualquier cosa grita! etc. etc. Todos nos hemos reído de esos llamados de alerta que los padres nos dan antes de salir, a lo que uno le contesta con la voz más rancia: si, ok, dale o yaaaa papá dejame tranquila! no tengo 7 años, u otro comentario de grueso calibre irreproducible en este blog tan seriote (ja!).
No tengo mucha experiencia al respecto, sin embargo, afloran sentimientos encontrados en mi, entre rabia, frustración, incertidumbre de no saber lo que realmente sucedió. Encontrar a un chico de 25 años ahogado por un juego, considero que es dificil de tragar, sobretodo poniéndose en el caso de los padres, que le deben haber dicho antes de salir, cuidate hijo.
Desde hoy, tomaré en serio esa palabra. Cuándo sea madre creo que seré igual o peor de melosa con mis hijos, porque nunca se sabe cuándo es la hora de partir.
Deseando mi más sentido pésame a la familia y esperando que estas vacaciones se cuiden mucho, es mejor parecer un mamón por no seguir al montón, que perder todo un futuro que hay por delante.
*jo*
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